
El cerebro coordina todos nuestros movimientos voluntarios. Si las actividades son involuntarios o rutinarias, se pueden hacer varias a la vez, por ejemplo comer o conducir un coche y mantener una conversación. Pero hacer varias cosas voluntarias y distintas a la vez requiere mucha concentración. Por eso no se puede estar estudiando y viendo la televisión, leyendo y manteniendo una conversación, hablando por teléfono y atendiendo a otra conversación, etc.
En esta actividad se comprueba cómo para hacer dos movimientos sencillos pero distintos, uno con la mano y otro con un pie, hace falta mucha concentración.
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